¿De dónde vienen todos los datos que generas?

Los usuarios generamos diariamente millones datos al día. Este hecho facilita a las empresas detectar nuevas tendencias y comportamientos de los consumidores respecto a sus productos.

Pero ¿de dónde provienen esos datos? ¿Cómo conocen tantos detalles sobre nuestros gustos y hábitos? O incluso más difícil, ¿cómo saben predecir aquellas tendencias que captarán en nosotros un gran atractivo?

De manera consciente o no, ofrecemos información sobre nosotros minuto a minuto. Las vías que usamos son tan variables como nuestras formas de consumo, pero la premisa es clara: Todo comunica. Cada acción que realizamos deja una huella fácil de rastrear.

Las vías más empleadas por gran parte de los ciudadanos son las siguientes:

  1. Smartphone: el rey de los datos. Es el soporte preferido por la inmensa mayoría de la población. Vivimos pegados a nuestro teléfono móvil. Tanto para buscar información en internet como buscar la ruta más cercana para ir a nuestro destino o , entre otras, usamos nuestro móvil. Este dispositivo ofrece información detallada e inmediata sobre nosotros.
  2. Redes sociales: Gran parte de los ciudadanos estamos presentes en al menos dos redes sociales donde publicamos de manera frecuente o de manera casual información personal y profesional sobre nosotros. Dónde estamos, qué planes tenemos o que información compartimos.
  3. Tarjeta de fidelización: Además de para ofrecernos descuentos y ventajas de última hora, estas tarjetas permiten a las empresas conocer nuestros datos más personales, nuestro comportamiento y hasta la frecuencia de compra.
  4. Tarjetas de crédito: Ofrecen a los bancos un seguimiento de todos nuestros movimientos. Estos datos son confidenciales pero permiten un control exhaustivo de nuestras acciones.

Éstas son las vías más frecuentes de uso pero existen muchas otras. Existen otras muchas, como se detalla en el artículo de Puro Marketing. Toda acción que realizamos conlleva un punto de fuga para acceder a nuestra información. El reto pendiente que tienen las organizaciones ya no es procesar toda esa información que reciben de nosotros, sino saber interpretar correctamente los datos para poder personalizar sus mensajes.

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